martes, 20 de octubre de 2009

reflexiones dun fumao desde jamaica 2






Esta mañana ha sido un día interesante en lo que a mi labor de analista darte serrefiere. Resulta quel otro día estuve en el medico, por un cierto malestar que tengo últimamente, y fui acerme un chequeo. Al final de toa la parafernalia de los análisis de sangre, meao, y demás, me ha llegado el tipo a la conclusión de que baje un poco el café y que las drogas las ingiera con un poco mas de moderación. A lo que yo he sido obediente y ahora los porros me los fumo con mucha mas delicadeza y con el dedo meñique levantado, tal si fuera la Greta Garbo. En cuanto a lo del café, pues mebajao a la tienda y he comprado un descafeinado, que en fin¡¡, que la madre que pario al que descafeína los cafés; esto es como la leche desnatada deslechada, la cerveza sin alcohol o los torreznos desgrasados. vamos¡¡¡ que pienso yo, que para quitarle a un producto, justo lo mas intrínseco de ese producto pues que le tendrán que hacer al producto, una serie de mariconás, putadas y desaguisados que seguramente es peor el remedio que la enfermedad. Pero lo interesante de to esto es que mantrao una colitis que te cagas (nunca mejor dicho), de esas que ya no se conocen, de las de antes, vamos¡¡¡ de cuando una colitis era una colitis y no como ahora que en un pispas con alguna pildorita tienes zanjao el asunto. Y como mequedado bastante mosqueado con el tema de la autenticidad (porque ademas sabia a aguachirri con barro y un poco de colacao) estaba intentando pintar algo autenticamente sincero (con toda la cafeína posible en un decir metafórico) pero que ma resultado imposible y que como no me cabe el caballete en el guater closet pues mellevao una libreta y un boli y estado pensando sobre el asunto de la sinceridad del arte, que qué es el arte de verdad y que sujetos son los determinantes para determinar la autenticidad de la esencia: si los críticos, que son los quentienden, o los pintores que somos los que nos lo curramos. Y al final he llegado a una sola conclusión: mañana me tomo un café café y a tomar por culo el colesterol. De todas formas os paso aquí un retazo de mis elucubraciones para que veáis que aunque con resaca y colitis, la cabeza ha de permanecer en su sitio. Según estaba pensando en si este año voy a ir a ARCO o si por el contrario me voy a ahorcar se me ha ocurrido que siempre hay una referencia para no acentuar en demasía la diferencia que separa el trabajo del artista del critico y del observador del cuadro (en el caso de los pintores). por grande que sea la diferencia, no hay que llegar al extremo de algún colega de profesión conocido mio, al sostener que se trata de actividades absolutamente independientes como si entre las dos , la reconciliación fuera imposible. Si así fuese, el contemplador no podría reconocer jamas el valor artístico de una obra, cosa que logra cuando percibe en ella la perfección dinámica, tal como la había previsto e intuido el propio autor. Es una consideración dinámica de la obra de arte con la que se capta la obra en el momento de ser a la vez la ley y el resultado de su creación y con la que se puede reconocer en la obra aquello que pretendía ser. solo así el observador puede dar su interpretación de la obra, porque es la obra misma, en su perfección dinámica, la que le revela el modo en que ha de ser interpretada. Ahora bien, considerar la obra así, significa situarse en un punto de vista muy cercano al del artista, ya que se trata de penetrar en la vida interior de la obra para verla actuar, antes incluso de que exista, vislumbrando su futuro. Hay un punto pues, en el que la labor del artista y del observador confluyen al margen de sus diferencias, y en que tanto el uno como el otro ven el carácter dinámico y operativo de la obra: el primero para crearla y realizarla, el segundo para leerla e interpretarla. Y aquí con estas disertaciones samacabao el papel (el de escribir, no seáis tan hescacatologicos), Pero repasando todo lo escrito y concluir que aunque escrito por mi no entiendo nada, llego a la conclusión de que debo ser un genio y mi tendero no lo sabe . yo por si acaso cuando quiera pintar me tomo mi cafetito de todos los días y cuando quiera flipar en colores conestos rollos metafísicos le daré unas calaitas al descafeinado



De todas maneras os digo: que intentéis comer productos naturales y biológicos, pues no tenéis mas que ver la cara que semaquedado después del descafeinado y sus consecuencias

En una de sus cartas desde Tahiti, Gauguin escribió que sentía la necesidad de volver mas atrás de los caballos del Partenón, retrocediendo al caballito de madera de su infancia. Es fácil mofarse de esta preocupación de los artistas modernos por lo sencillo y aniñado que con todo no es difícil de comprender. Los artistas advierten que esa simplicidad y espontaneidad es lo único que no se puede aprender. Cualquier otro recurso del oficio puede adquirirse; cada efecto resulta fácil de imitar una vez que se ha mostrado como se consigue. Muchos artistas consideran que los museos y exposiciones están llenas de obras de tan maravillosa facilidad y destreza que ya nada puede conquistarse prosiguiendo en su dirección; que están en peligro de perder sus almas y convertirse en hábiles reproductores de cuadros o esculturas si no vuelven a ser verdaderos niños


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